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Un sombrero para cada día


Cada mañana se presentaba como un nuevo reto con aquella amplia variedad de sombreros a mi total disposición. En apenas unos minutos mi aspecto se transformaba de la manera más radical y sentía cómo, bajo aquella prenda, podía ver la vida de distintas maneras. Las boinas de vivos colores me provocaban unas irrefrenables ganas de seducir. Las pamelas, en cambio, me daban un aire de sofisticación y elegancia imposibles de conseguir de ninguna otra manera. Ahora bien, con lo que más disfrutaba, sin lugar a dudas, era con las miradas ajenas. Me provocaba un inmenso placer advertir cómo las mujeres envidiaban mi aspecto y la forma en que, mediante leves codazos en las costillas de quien las acompañaba, señalaban mi presencia. Y así, un día tras otro, siempre había alguien al otro lado del escaparate dispuesto a hacerse con mi sombrero.

 
Tercer premio en el II Concurso de Microrrelatos "El Folio en blanco" convocado por Cadena COPE Ávila.

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«Blanco o negro, vivir o morir...; se trata de tomar decisiones y actuar», gritaba mi padre furioso cada vez que me veía dudar.      Los baños diarios en el mar, incluso durante el invierno, o la prohibición de mostrar mis sentimientos, ni siquiera durante el funeral de mamá, formaban también parte de su empeño en convertirme en un hombre de verdad, útil para este mundo. Así es que estoy seguro de que se sintió realmente orgulloso de mí cuando permanecí sentado en la arena, impasible ante sus súplicas, mientras se ahogaba aquella fría tarde del mes de abril. Microrrelato seleccionado para su publicación en la antología 100 palabras para un mundo   de El Libro Feroz Ediciones .

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