-Esto
nos hace daño, demasiado, de manera que vamos a acabar cuanto antes. Ya hemos
firmado la autorización, aunque seguro que no te gustaría saber lo poco que nos
ha costado decidirlo. Mamá lo ha tenido claro enseguida, al igual que yo. Ni
siquiera mereces que te dé ningún tipo de explicación, pero lo hago porque yo
ya no tengo nada de lo que avergonzarme; al contrario, he intentado ser una
buena hija y tú no has estado nunca a la altura. Mamá no quiere entrar a despedirse,
de manera que yo lo haré por las dos. Descansa, papá, nosotras volveremos a
dormir tranquilas. Ya no tendremos miedo. Nunca más.
Silvia sale de la fría habitación de
hospital, abraza a su madre y, con un tono firme y seguro, se dirige al médico
allí presente: "Adelante, doctor, ya puede desconectar las máquinas".
Comentarios
Publicar un comentario