Ordenaron colocarle una venda en los ojos y él se dejó hacer. “¡Pobres
imbéciles!”, pensó Juan “el ciego”, al tiempo que el pelotón de fusilamiento
avanzaba un paso al frente.
Microrrelato seleccionado para su publicación en el II Concurso internacional de microcuentos convocado por Ediciones con Talento.
Comentarios
Publicar un comentario