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Desconocidos

 

Imagen tomada de internet


La mujer sube al metro un par de paradas después que él. Como cada mañana se dirige a la oficina en la que trabaja desde hace diez años de siete a tres. Él también va a trabajar, pero hoy se ha levantado más temprano que de costumbre y ha cogido el metro de «y dieciséis». Por eso todos los rostros que hay a su alrededor le resultan nuevos y se entretiene observándolos. La mujer enseguida repara en él, agradecida por encontrar una cara nueva entre las mismas de siempre. Al sentarse junto al hombre, le roza de forma intencionada la rodilla y, tras pedirle unas tímidas disculpas, inician una conversación trivial. Unas paradas más tarde la charla da un giro y se vuelve más personal, más cálida. Hasta se atreven con un leve flirteo. 

En cada estación baja y sube gente a raudales, pero la atención de la pareja ya está muy lejos de lo que ocurre a su alrededor. Ahora solo se miran y se escuchan entre ellos, todo lo demás es un molesto ruido de fondo.

Conforme el metro avanza ellos se hacen promesas, se besan, planean juntos sus próximas vacaciones y se enfadan por alguna que otra nimiedad. Con toda esa adrenalina a flor de piel ninguno de los dos se da cuenta de que se han pasado sus respectivas paradas. Le quitan importancia al descuido y enseguida organizan la boda, a la que acuden como invitados todos los pasajeros de su vagón y de los colindantes. Inevitablemente el trayecto termina y el hombre y la mujer bajan del metro. Ella se acaricia su incipiente barriga, él le confiesa que es muy feliz. Ya en el andén nace el bebé, eligen su nombre y discuten sobre la educación que le darán. 

Según se acercan a la salida del metro, la pareja se va distanciando, apenas se hablan y ni siquiera se miran ya. Una vez en la calle el hombre le entrega los papeles del divorcio firmados mientras ella le recuerda que este fin de semana el niño le toca a él.



Cuarto premio en el XVIII Certamen de Relato Breve «Raimundo Alonso» convocado por Solidaridad Obrera y la librería Traficantes de Sueños de Madrid.

Los relatos premiados pueden leerse aquí.

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