Esta vez no me costó
demasiado descubrir mi regalo de cumpleaños, pues mi marido no se había tomado
demasiadas molestias para esconderlo. En el cajón de la mesilla, bajo su ropa
interior, encontré un hermoso anillo que, pensé, iba a ser la envidia de todas
mis amigas. Ya podía imaginarlas admirando tan bella joya y alabando el
exquisito gusto de mi marido. Sin embargo, la gran sorpresa llegaría al día
siguiente durante la fiesta de cumpleaños cuando, ante mis ojos incrédulos,
apareció mi mejor amiga con mi regalo en su dedo.
Vampiros, momias, fantasmas y muertos vivientes esperaban con ansia la llegada de la noche más escalofriante del año. Solo entonces daban rienda suelta a su lado más oscuro y se disfrazaban de abogados, oficinistas o escritores mediocres. Microrrelato ganador mediante votación popular del Concurso de Microrrelatos Espeluznantes en las 100 Tiendas.
Olé tú.
ResponderEliminarBuen texto, buenísimo y con la dosis de mala leche que tanto me encanta.
Un placer llegar hasta aquí y quedarme.
Besos y que sigas cosechando éxitos.
Sin duda, el placer es mío, Towanda.
EliminarMuchas gracias por la visita y bienvenida.